La actividad física siempre está presente, o al menos debería estarlo, cuando nos enfrentamos a casos de obesidad.
Recientemente la literatura científica intentó investigar mas al respecto y elaboró un estudio cuyo objetivo fue examinar la evidencia de los efectos de la actividad física en la pérdida de peso y adiposidad, la prevención del aumento de peso y adiposidad y la recuperación de peso en adultos, y brinda orientación sobre las implicaciones para los practicantes de ejercicio.
La evidencia de la investigación indica que se requieren >150 min, pero preferiblemente 300 min por semana de actividad aeróbica de intensidad al menos moderada para prevenir el aumento de peso y la adiposidad, y al menos el límite superior de este rango de actividad para prevenir la recuperación de peso después de la pérdida de este. Para una pérdida significativa de peso y adiposidad total, se requiere un mínimo de 300-420 minutos por semana de actividad aeróbica de al menos intensidad moderada.
En cuanto a la evidencia en torno al volumen de actividad física aeróbica necesaria para reducir la adiposidad central, la investigación sugiere que puede ser sustancialmente menor que la necesaria para perder peso.
En cualquier caso, la única evidencia clara sobre la obesidad en adultos es que el ejercicio físico es la mejor medicina para hacer frente a esta enfermedad.
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